lunes, 10 de enero de 2011

La mesita de cafe

Una pareja que entra feliz, abrazada, escoge un lugar para tomar café, y qué mejor que junto a la ventana que da a la calle. Cada uno pide, ella un Capuchino y él un Irlandés. Se toman de las manos y se acarician, mientras un joven les trae el pedido. Están felices, él toma un lápiz y algo escribe en la servilleta. También lo hace sobre la mesa, al correr el mantel agazapado. Ella, mientras tanto se distrae mirando el quehacer de la calle. El pedido llega y ella roba el petit bouché de él y lo come. El continúa escribiendo, más bien corrigiendo, porque toma otra servilleta y escribe lo que quedó bien, luego se lo entrega y ella al leerlo, se regocija y radiante lo acerca para besarlo agradecida. Ella es hermosa; beben sus café entre conversa y caricias; miradas y risas felices. Piden la cuenta. Pagan y se van felices y abrazados.
Ha visto toda la escena y pareció rejuvenecer. Ve la hora. La emoción nubló sus ojos, o la tristeza. Aleja ya vacío su irlandés, y bebe el capuchino. Cancela su pedido y mientras acomoda sus cosas, delicadamente corre el mantel para cerciorarse. Aún está lo que escribió aquél día y no se ha equivocado con la fecha y la hora: “Enero 15-2010, 12:00 am.”

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